Última aparición del Pez Remo en RD antecedió al terremoto de 1946
YOSPER, SANTO DOMINGO.- Tras la reciente aparición de un Pez Remo en Montecristi durante el fin de semana, ha surgido preocupación debido a la reputación de esta especie como el "Pez Terremoto", ya que se cree que podría predecir eventos sísmicos, aunque esto carece de respaldo científico.
Aunque no existe evidencia científica sólida que respalde la capacidad del Pez Remo para anticipar terremotos, en las redes sociales circula la afirmación de que la última vez que se avistó esta especie en la República Dominicana fue el 1 de agosto de 1946 en Matancitas, provincia de María Trinidad Sánchez. Curiosamente, tres días después de este avistamiento se produjo un devastador terremoto seguido de un tsunami que dejó un rastro de destrucción.
Aunque no se ha confirmado de manera definitiva la presencia del Pez Remo en esa fecha específica, cabe destacar que el terremoto que ocurrió entonces fue el más grande registrado en la historia sísmica instrumental de la Hispaniola, con una magnitud calculada de 8.1 y alcanzando intensidades de X y XI en la escala Mercalli Modificada.
Lo más impactante de este terremoto fue la generación de un tsunami como resultado de la sacudida sísmica. El pueblo de Matanza, actualmente parte de la provincia de María Trinidad Sánchez y Nagua, fue completamente arrasado por las gigantescas olas que alcanzaron más de 9 pies de altura y penetraron hasta 2 kilómetros tierra adentro, destruyendo la mayoría de las 300 casas de madera en la localidad.
Los pueblos de Cabrera, Nagua y Sánchez quedaron aislados debido al colapso de varios puentes. La cantidad de escombros era inmensa, y tanto personas como animales quedaron sepultados bajo ellos. A pesar de los esfuerzos de la Marina de Guerra, que realizó todo lo posible, no se pudo recuperar la totalidad de los cadáveres, estimándose que la cifra superó las 1,000 personas fallecidas.
Los temblores continuaron sacudiendo la región y el luto se extendió por toda la nación a medida que aumentaba el número de víctimas. En varios lugares de la región noreste, la tierra se abrió, dejando una huella indeleble de este devastador terremoto, considerado como el más fuerte del último siglo y aún así estimado como menos intenso que el sismo de 1842.
