Con un tono de desesperación, Fefita relata cómo esta situación ha afectado su salud y su tranquilidad emocional. "Me tienen hasta la coronilla. Yo estoy al borde de la desesperación. Soy una mujer que tiene 80 y pico de años; sufro del corazón. Yo no duermo", confiesa la veterana merenguera.
La situación se agrava cuando menciona que los presuntos hijos de Arístides Ramírez la están acosando con mensajes constantes. "Ya yo no aguanto más, no duermo, mándandome mensajes los tipos esos, los (supuestos) hijos de Arístides Ramírez", declara con evidente agotamiento.
Además, Fefita hace hincapié en que no grabó el merengue "La chiflera" con fines comerciales, sino que es una canción comúnmente interpretada por muchos músicos. "El merengue 'La chiflera' lo graban todos los músicos. Hasta los músicos que están aprendiendo a tocar lo hacen. Yo estoy desesperada. Eso me tiene mal", concluye.
El desgarrador testimonio de Fefita La Grande resalta la importancia de respetar el legado artístico de los músicos y artistas, así como la necesidad de abordar de manera urgente y efectiva el acoso en todas sus formas en la industria del entretenimiento.