Se entraron a los puños por un celular

En un triste suceso en Santo Domingo Este, una familia ha sido protagonista de una serie de eventos lamentables que culminaron en una disputa pública y notoria por la posesión de un teléfono celular. Los hechos ocurrieron específicamente en el kilómetro 36 de Boca Chica, desencadenando una cadena de incidentes que han capturado la atención pública debido a su naturaleza dramática y sus consecuencias trágicas.

La secuencia de eventos comenzó el pasado lunes por la noche cuando un joven, hijo de una mujer identificada como Violeta, se vio involucrado en un altercado con otra persona. Durante el enfrentamiento, el joven utilizó un arma blanca para agredir al otro individuo. Violeta, quien padecía de cáncer y se encontraba en un estado de salud delicado tras recibir tratamientos de quimioterapia, no estaba al tanto de los hechos debido a su condición vulnerable.

Sin embargo, la noticia del incidente llegó a oídos de Violeta a través de un tercero, lo que provocó un deterioro significativo en su salud. Al enterarse, sufrió un grave impacto emocional que resultó en un paro cardíaco. A pesar de ser trasladada de urgencia al hospital, Violeta falleció.

El deceso de Violeta desató otra disputa dentro de la familia, esta vez entre dos nietas de la difunta. Ambas jóvenes se enzarzaron en una pelea física por la posesión del celular que Violeta había dejado. Según reportes, una de las nietas, que había estado cuidando de Violeta, tomó el teléfono al regresar a su pueblo natal después del fallecimiento. La otra nieta, que previamente había expresado su deseo de quedarse con el teléfono, no pudo contener su frustración y desencadenó una confrontación con la primera. Este enfrentamiento escaló rápidamente y se convirtió en un espectáculo viral en las redes sociales, siendo presenciado por numerosos habitantes del barrio.

Este incidente no solo destaca la fragilidad emocional en tiempos de duelo sino también cómo las tensiones preexistentes dentro de una familia pueden aflorar de manera destructiva en momentos de crisis. La comunidad local ha sido testigo de cómo un conflicto familiar puede extenderse más allá del ámbito privado, afectando la percepción pública de los involucrados y dejando una marca dolorosa en todos los afectados.

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