Sabaneta, Santiago Rodríguez – El municipio amaneció con la trágica noticia del fallecimiento de Juan Pablo Vargas, conocido cariñosamente como “Mingo”, en el barrio Las Espinas, donde residía. Mingo, un destacado boxeador y entrenador, dedicó más de tres décadas a la promoción y enseñanza del boxeo, convirtiéndose en un pilar fundamental del deporte en la región.
Mingo no solo destacó en el boxeo durante su juventud, sino que su verdadero legado se forjó como mentor. Durante décadas, se dedicó incansablemente a entrenar y motivar a jóvenes talentos, inculcando valores y habilidades que dejaron una marca indeleble en la comunidad de Santiago Rodríguez. “No solo brilló como competidor en sus años juveniles, sino que su verdadero legado se forjó en las últimas décadas, cuando decidió pasar la antorcha a las nuevas generaciones como entrenador. Su dedicación al desarrollo de jóvenes talentos en el boxeo, dejó una marca imborrable en la comunidad,” comentó uno de sus alumnos.
Además de su pasión por el boxeo, Vargas también se destacó en el softbol, jugando durante más de 15 años con el equipo de Cambelén. Su entrega en este deporte reflejaba la misma intensidad y dedicación que mostraba en el ring, ganándose el respeto y admiración de sus compañeros de equipo y adversarios.
Mingo era conocido en su comunidad no solo por sus logros deportivos, sino también por su disposición a ayudar a los demás. Con su distintivo vehículo rojo, recorría las calles de Sabaneta, transportando delegaciones deportivas y ofreciendo asistencia a quienes lo necesitaran. Su compromiso con su comunidad trascendía el ámbito deportivo, evidenciando su carácter altruista y solidario.
Además de su faceta deportiva, Juan Pablo Vargas se desempeñaba como electricista, donde también dejaba una huella significativa. Utilizaba su conocimiento en electricidad para instruir a los jóvenes, impartiendo tanto técnicas prácticas como valores de trabajo duro y solidaridad. Esta doble faceta lo convirtió en un referente integral en múltiples áreas de la vida comunitaria.
La partida de Mingo deja un vacío inmenso en la comunidad y en el mundo del deporte dominicano. Su legado de integridad, pasión y altruismo continuará inspirando a aquellos que tuvieron el privilegio de conocerlo y aprender de él.
El periodista Juan Pablo Bourdierd subrayó en su nota de prensa que Mingo no solo fue un campeón en el ring, sino también un verdadero héroe en la vida cotidiana, demostrando cómo el espíritu deportivo puede trascender los límites del juego y enriquecer a una comunidad entera.