El pasado 20 de septiembre, Robert Brians fue sentenciado a 31 años de prisión en la Corte Superior de San Diego por intento de asesinato, abuso infantil, secuestro y violencia doméstica, tras haber lanzado intencionalmente su camioneta desde un acantilado con sus dos hijas gemelas a bordo en junio de 2020. La jueza Joan Weber también emitió una orden de protección de 10 años que prohíbe cualquier contacto entre Brians, sus hijas y su exesposa, Jenna Brians.
Durante la audiencia de sentencia, la jueza resaltó la gravedad de los delitos y subrayó que cualquier contacto futuro deberá ser decidido por las menores una vez que alcancen la mayoría de edad. La jueza afirmó que el fallo busca garantizar la seguridad y el tiempo necesario para que las niñas puedan recuperarse de las secuelas físicas y emocionales.
Jenna Brians, presente en la audiencia, describió la mejoría de sus hijas como un proceso de lenta recuperación, destacando que están “prosperando” y que la condena representa un paso fundamental hacia la sanación de la familia. Robert Brians, en un breve pronunciamiento, expresó su arrepentimiento, agradeció a los socorristas por salvar la vida de sus hijas y afirmó: “Amo a mis bebés y lo siento”.
El incidente que llevó a esta sentencia ocurrió el 13 de junio de 2020, cuando Brians, en medio de un conflictivo proceso de divorcio y una intensa disputa de custodia, sacó a las niñas de la casa de sus propios padres en plena noche y las llevó hacia el acantilado de Sunset Cliffs. Antes de precipitarse, envió mensajes a Jenna con frases alarmantes como: “Las chicas van al cielo y yo voy al infierno a esperarte”, lo que activó una respuesta policial inmediata. El oficial Jonathan Wiese, tras llegar al lugar, descendió más de 30 metros con una correa de perro, arriesgando su vida para rescatar a las niñas, quienes fueron halladas en el vehículo semisumergido.
Una de las niñas sufrió fracturas graves y hemorragia cerebral, pero ambas lograron estabilizarse tras un extenso proceso de recuperación que impactó a la comunidad de San Diego. La respuesta local no se hizo esperar: familiares y amigos iniciaron una campaña en GoFundMe que recaudó miles de dólares para asegurar el bienestar de las pequeñas y establecer un fondo de confianza para su futuro.