Gail Skin y James Schweder finalmente pudieron descansar el domingo por la noche después de que su hija fuera encontrada, sana y salva. Oaklynn Schweder, de seis años, desapareció en el área de Burns Lake en el norte central de la Columbia Británica alrededor de las 6 p.m. del jueves. Fue encontrada el domingo por la tarde en una zona boscosa que había sido inspeccionada previamente, entre su residencia y la oficina de la banda Skin Tyee.
Gail expresó su alivio y emoción al recibir la llamada de que Oaklynn había sido encontrada, saltando y gritando de alegría: “¡La encontraron! ¡La encontraron!”. Cuando los padres vieron a los rescatistas llevando a su hija fuera del bosque, corrieron hacia ella sin esperar a que se la entregaran. Gail agregó que Oaklynn repetía la palabra “casa” una y otra vez. Aunque no verbal, Oaklynn puede imitar palabras, y los investigadores creen que se desorientó y no pudo encontrar el camino de regreso.
El alivio de tener a su hija de vuelta en sus brazos era inmenso, como describió Gail: “Fue increíble. No puedo describirlo porque… estoy feliz”. Aún en el hospital, Oaklynn está bien, considerando las circunstancias. Está comiendo y bebiendo, y “empezando a ser más ella misma”, reconocen sus padres por los sonidos y ruidos que hace.
James señaló que Oaklynn no sufrió lesiones mayores. La niña tuvo un poco de sobrecalentamiento la noche anterior, pero era simplemente su cuerpo readaptándose al entorno seguro, sin lesiones serias que preocuparan. La búsqueda de Oaklynn fue una de las mayores en la historia del norte de Columbia Británica, con cientos de voluntarios y rescatistas participando diariamente. Entre 1,200 y 1,500 personas ayudaron en la búsqueda durante el fin de semana, y la familia está profundamente agradecida por el esfuerzo comunitario.
“Probablemente nunca haya habido tantas personas en Ahousat en un solo lugar en cualquier momento”, comentó James. La familia, que tiene cuatro hijos, describió la desaparición de Oaklynn como su peor pesadilla. Ahora, aliviados y felices, se sienten completos con todos sus hijos en casa. Oaklynn también recibirá un nombre indígena tradicional, en honor a la travesía que enfrentó y la protección que recibió, representando su identidad y su conexión con la tierra y los ancestros.
Este relato no solo captura la angustia y el alivio de una familia, sino que también destaca la increíble labor comunitaria y el espíritu de resiliencia frente a adversidades extremas, sirviendo como un poderoso recordatorio de la fuerza y la esperanza que reside en las comunidades unidas.