Kaina Ureña, de 32 años, fue apuñalada 18 veces por su pareja, Jesús María Castaños Contreras, en un violento ataque ocurrido en La Vega. El suceso, que conmocionó a la comunidad, dejó también heridas a sus dos hijas menores de edad, de siete y diez años, quienes resultaron afectadas durante el incidente. Según los últimos informes médicos, tanto Kaina como sus hijas se encuentran estables y en proceso de recuperación en el Hospital Universitario Luis Manuel Morillo King, uno de los principales centros de salud de la provincia.
La hermana de la víctima, Manuela Ureña, confirmó a Noticias SIN que tanto Kaina como las niñas han respondido bien a los tratamientos médicos. “Ellas están estables, no han presentado ninguna eventualidad. La infusión de sangre que les pusieron… ya la recibieron perfectamente gracias a Dios, no han tenido complicaciones”, detalló Manuela, quien permanece junto a su familia en esta difícil situación. Además, expresó su esperanza de que sigan evolucionando positivamente y puedan salir pronto del hospital.
El ataque ocurrió el pasado domingo, cuando Castaños Contreras, de 53 años, apuñaló a Kaina repetidamente en un acto de extrema violencia. Durante el altercado, las dos hijas de la pareja también fueron agredidas, resultando heridas. Tras cometer el ataque, el agresor intentó acabar con su vida ingiriendo una sustancia tóxica, lo que finalmente le causó la muerte.
Este trágico evento ha generado gran indignación en la sociedad, que ha condenado el acto de violencia doméstica. Las autoridades locales han destacado la gravedad del caso, y la policía continúa investigando los detalles para esclarecer si hubo algún antecedente de maltrato previo entre la pareja.
Kaina Ureña sigue bajo observación médica debido a la gravedad de las heridas que sufrió, pero los reportes indican que su estado ha mejorado. Las niñas, por su parte, también están fuera de peligro, y se espera que puedan recuperarse por completo en las próximas semanas. La familia Ureña se mantiene en constante vigilia, agradecida por el apoyo recibido de la comunidad y del personal médico, que ha trabajado incansablemente para salvar la vida de las víctimas.
Este caso ha vuelto a encender el debate sobre la violencia de género y la necesidad de reforzar las medidas de protección para las mujeres y niños en situaciones vulnerables.