Santo Domingo, República Dominicana – Alejandro Almonte, abogado y exteniente de la Policía Nacional, compartió impactantes declaraciones sobre su experiencia en el cuerpo policial y los desafíos enfrentados tras su desvinculación. Durante una entrevista en Apogeo TV, Almonte habló de manera directa sobre casos de corrupción, arbitrariedades y falta de justicia en el sistema policial y judicial dominicano.
Almonte, quien sirvió en la Policía Nacional hasta 2011, relató cómo enfrentó irregularidades internas desde su ingreso en 1995, pasando por diversas asignaciones hasta su salida forzada. Según sus declaraciones, la corrupción y las malas prácticas dentro de la institución han obstaculizado los procesos de reforma y justicia. “El hombre serio en la Policía Nacional no vale un peso”, afirmó Almonte, aludiendo a las dificultades que enfrentan quienes intentan actuar con transparencia.
Además, narró cómo su lucha por justicia se intensificó tras el trágico asesinato de su hijo, quien también formaba parte del cuerpo policial. Almonte denunció que el caso de su hijo fue manejado con desidia por las autoridades, señalando una falta de seguimiento y acciones concretas. “No hay una policía preventiva; lo que tenemos son instituciones que persiguen a las víctimas en lugar de a los delincuentes”, expresó con indignación.
Durante la entrevista, Almonte reveló que está trabajando en un libro titulado «Zancadilla Policial», en el que planea documentar sus vivencias y exponer los abusos y traiciones que enfrentó tanto él como otros oficiales. El abogado también destacó su compromiso con la defensa de los derechos humanos y la lucha por una reforma policial efectiva.
Por otro lado, hizo un llamado a las autoridades, en especial al general Pedro Ignacio Matos Pérez, para que asuman con seriedad el desafío de transformar la institución. Almonte subrayó que el cambio requiere eliminar las malas prácticas y promover un liderazgo ético. “Necesitamos una policía que prevenga el delito, no que lo gestione después de ocurrido”, concluyó.