Enfermera condenada a cadena perpetua por asesinato de bebés en hospital de Chester
YOSPER, REINO UNIDO.- La enfermera británica Lucy Letby, de 33 años, enfrenta una sentencia de cadena perpetua después de ser declarada culpable por el asesinato de siete bebés y el intento de asesinato de otros seis en el hospital Condesa de la ciudad de Chester, en el noroeste de Inglaterra, durante los años 2015 y 2016.
El juez James Goss del Tribunal de la Corona de Manchester anunció la condena después de revisar los cargos presentados contra la enfermera, señalando que en sus acciones hubo "premeditación, cálculo y astucia".
Durante el juicio, la Fiscalía presentó pruebas que indicaban que Letby había asesinado a los recién nacidos al inyectarles aire con una jeringuilla a través de una vía intravenosa mientras trabajaba en el hospital.
El juez mencionó que la gravedad de los delitos era "muy excepcional" y que hubo "crueldad, cálculo y cinismo" en la campaña de asesinatos de niños más pequeños y vulnerables.
El magistrado comunicó la condena en ausencia de Letby, quien se negó a estar presente en el tribunal para escuchar el veredicto y las declaraciones de los padres de las víctimas.
El juez determinó una condena de prisión de por vida sin posibilidad de liberación anticipada y ordenó una cadena perpetua por cada delito cometido.
Lucy Letby, cuyo caso ha conmocionado al Reino Unido, fue arrestada en 2020 por la policía después de ser sospechosa de los crímenes desde 2018.
Además de los asesinatos, la enfermera también fue declarada culpable de intento de asesinato de otros seis bebés utilizando diversos métodos, como la inyección de aire, el envenenamiento con insulina y la administración de cantidades excesivas de comida.
El jurado del caso tardó más de 110 horas en llegar al veredicto de culpabilidad. Los asesinatos ocurrieron entre 2015 y 2016 en la unidad neonatal del hospital Condesa de Chester, y Letby había trabajado en el centro durante tres años como estudiante en prácticas.
La condenada se especializó como enfermera infantil y trabajaba en la unidad neonatal que atendía a bebés que requerían distintos niveles de cuidado. Desde finales de julio de 2016, la unidad dejó de admitir a bebés nacidos antes de las 32 semanas de gestación, momento en el que cesaron las muertes en circunstancias inexplicables.