YOSPER,EE.UU.- La Casa Blanca reveló este miércoles que un grupo de migrantes enviados a la base naval de Guantánamo, en Cuba, el día anterior está compuesto por supuestos miembros de la banda transnacional Tren de Aragua.
Una organización conocida por su participación en actividades criminales en varios países de América Latina.
Karoline Leavitt, portavoz del gobierno de Donald Trump, detalló en una rueda de prensa que las autoridades migratorias están enfocando sus esfuerzos en la detención de «criminales violentos».
El grupo de diez migrantes, que había sido trasladado desde El Paso, Texas, en un avión militar, ya se encuentra en un centro de detención en Guantánamo, según confirmó el Pentágono en un comunicado.
La detención, aseguraron, será de carácter temporal, hasta que se logre su deportación o reubicación en otro destino adecuado.
El gobierno de Trump ha reforzado su campaña contra la migración ilegal en los últimos meses, señalando a los migrantes indocumentados como una amenaza para la seguridad del país.
Leavitt, en su intervención, destacó que en las primeras semanas de la administración, se habían detenido más de 8,000 personas en todo el territorio estadounidense, aunque más de 400 han sido liberadas debido a falta de espacio en los centros de detención o graves problemas de salud.

El presidente Trump también ordenó una ampliación de la capacidad de detención en la base de Guantánamo, con la intención de albergar a más de 30,000 personas.
Ya se han desplegado más de 150 militares para esta tarea, entre ellos Infantes de Marina y personal del Comando Sur, encargado de las operaciones en América Latina.
Es importante señalar que, según la legislación estadounidense, vivir en el país sin autorización no es un delito criminal, sino una infracción civil. Solo «ingresar ilegalmente» al país o intentar ingresar tras una deportación están penados por la ley.
Diversos estudios, como uno realizado por la Universidad de Stanford, han encontrado que los migrantes tienen una probabilidad significativamente menor de cometer delitos que los ciudadanos estadounidenses.
Mientras el gobierno intensifica su lucha contra los migrantes indocumentados, la comunidad internacional y diversos sectores de la sociedad estadounidense continúan cuestionando las políticas de detención y deportación.