Yosper, Santo Domingo, República Dominicana. Con una carta directa y sin rodeos, la comunicadora Tamara Martínez cerró este viernes su ciclo en el programa radial “Fogaraté”, luego de un incidente que, según explicó, comprometió la integridad de su trabajo y el respeto hacia su empresa.
Todo comenzó cuando al aire se promocionó un producto para adelgazar, competencia directa del suplemento que ella representa.
Aunque para muchos pudo tratarse de una mención más dentro del espacio comercial, para Tamara fue el punto de quiebre.
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La publicidad fue leída por su compañera de cabina, Ana Carolina Castillo, lo que intensificó el malestar dentro del equipo.
En la misiva enviada a Luinny Corporán, productor del espacio y responsable de la plataforma que lo alberga, Tamara explicó que su renuncia responde a una falta de respeto profesional, que no está dispuesta a pasar por alto.
“Esta situación no solo representa un perjuicio directo para mi empresa, sino que también contradice principios fundamentales de ética y respeto profesional”, expresó con firmeza en la carta.

La comunicadora aseguró que lo ocurrido afectó la confianza que debe existir entre colegas, y le impidió seguir desenvolviéndose con la transparencia y compromiso que la han caracterizado.
“Me deja en una posición en la que no puedo continuar desempeñando mi labor con la misma integridad que siempre lo he hecho”, concluyó.
Desde hoy, el equipo de “Fogaraté” deberá hacer ajustes inmediatos ante la salida de una de sus voces más reconocidas.
La La presencia de Tamara no solo aportaba experiencia, sino también una visión de marca vinculada a valores de salud y bienestar, lo que le daba un matiz diferente al contenido del programa.
Hasta el momento, Luinny Corporán no ha emitido una declaración oficial, ni se ha referido públicamente a la salida de Tamara
. Mientras tanto, en redes sociales el tema ha generado opiniones divididas, entre quienes apoyan su decisión y otros que cuestionan el manejo interno de los espacios comerciales dentro del programa.
El incidente deja sobre la mesa el debate sobre los límites entre la publicidad en medios y el respeto a las marcas personales de los talentos que forman parte de ellos, especialmente cuando existe una línea empresarial de por medio.