Yosper | Santo Domingo, República Dominicana – En medio del luto que aún envuelve a la familia del querido merenguero Rubby Pérez, un nuevo capítulo cargado de tensiones emocionales ha salido a la luz pública, generando una ola de reacciones en redes sociales y medios digitales.
El comunicador José Ángel MTV, durante su participación en el programa Esto No Es Radio, aseguró que dentro del círculo familiar del artista se libra una “guerra interna”, originada tras declaraciones emitidas por Zulinka Pérez, hija mayor del intérprete.

Según el comentarista, Zulinka ha generado fricciones al exponer detalles íntimos de su padre en una entrevista reciente, algo que —según él— “Rubby jamás habría aprobado”.
“A Zulinka había que callarla desde hace tiempo”, exclamó con firmeza José Ángel, señalando que Rubby Pérez fue siempre un hombre celoso de su privacidad y contrario a exponer su vida familiar al escrutinio público.
Las declaraciones de la hija mayor fueron ofrecidas al periodista Tony Dandrades, y desde su publicación han despertado un torbellino de opiniones divididas.

A la controversia se ha sumado Michel Reynoso, madre de la hija menor del artista, quien sin mencionarla directamente, compartió mensajes en sus redes sociales que muchos interpretaron como indirectas hacia Zulinka.
La situación, lejos de calmarse, se tornó más compleja cuando Zulinka, según relató José Ángel, comenzó a divulgar aspectos de la vida personal de Reynoso, lo que ha sido calificado como un acto innecesario y doloroso.

Este conflicto público ha sorprendido a seguidores y allegados, pues Rubby Pérez, además de su impecable carrera musical, fue siempre visto como un hombre que cuidó con esmero su intimidad y la imagen de su familia.
La exposición de estos desacuerdos internos contrasta con la serenidad que el merenguero defendió durante toda su trayectoria.
“Las redes sociales no deben ser el escenario para ventilar disputas familiares. Se está perdiendo el respeto, la prudencia y el sentido del pudor en medio del dolor”, expresó José Ángel, preocupado por el impacto de estas tensiones en la memoria del artista.

Este episodio evidencia cómo el duelo puede desatar emociones encontradas, pero también deja en evidencia los riesgos de convertir el espacio digital en un tribunal emocional, donde las heridas familiares se hacen públicas sin posibilidad de retorno.