Yosper, Santo Domingo, República Dominicana – “Antes de empezar a hablar, tengo que decir que estoy muy agradecida de Dios por muchas cosas”, con esa frase, Massiel Javier de Dotel rompió el silencio en medio de uno de los momentos más desafiantes de su vida, tras el trágico evento que le arrebató a su esposo, el exlanzador de Grandes Ligas Octavio Dotel, en el colapso de la discoteca Jet Set.
Con voz firme, aunque quebrada por la emoción, Massiel se dirigió a familiares, amigos y miembros de la congregación Cielos Abiertos para expresar no solo su dolor, sino también una fe inquebrantable que, según afirmó, la ha sostenido desde que recibió la devastadora noticia.
“Aunque para muchos parezca incomprensible, doy gracias por haber estado en ese momento de mi vida acompañada por mi comunidad de fe”, expresó con serenidad.

El respaldo recibido desde el primer instante por la pastora Laura Cárdenas y el pastor Marcos Yaroide fue, según sus palabras, fundamental para atravesar este proceso.
Ambos líderes espirituales no se separaron de ella desde que conocieron la noticia, y su apoyo ha sido constante en cada paso de este duelo inesperado.
El mensaje de Massiel no fue solo una despedida, sino también una declaración de propósito. Aseguró que, a pesar del vacío que deja Octavio en su vida y en la de muchos, confía en que lo ocurrido no será en vano.

“Creo que esta tragedia tendrá un propósito mayor en la vida de muchas personas”, dijo con una mezcla de esperanza y fortaleza que conmovió a todos los presentes.
A lo largo de sus palabras, la viuda de Octavio Dotel evitó centrarse en la pérdida y se enfocó en agradecer. Agradeció cada oración, cada palabra de aliento y cada abrazo silencioso, reconociendo que han sido el sostén emocional de sus días más oscuros.
La intervención de Massiel Javier se convirtió en un testimonio de fe en medio del dolor, un reflejo del impacto humano que ha dejado la tragedia del Jet Set más allá de las cifras.

Desde ese instante, la congregación entera respondió con cánticos y oraciones, honrando la vida de quien partió y acompañando a quien sigue de pie con el alma desgarrada, pero el espíritu elevado.
El recuerdo de Octavio Dotel quedó suspendido entre las palabras de su esposa, la devoción de su iglesia y el compromiso de quienes aseguran que, a partir de esta pérdida, renacerán nuevas fuerzas para sanar, transformar y avanzar.