Yosper, Santo Domingo, República Dominicana.- “Prefiero quedarme en la capital, no tengo deseo de disfrutar. La tristeza nos embarga”, expresó El Jeffrey, dejando ver el peso emocional que atraviesa el mundo del merengue tras el colapso del icónico Jet Set Club y la pérdida del querido artista Rubby Pérez.
Su mensaje, breve pero cargado de sentimiento, refleja el duelo que se vive en el corazón de la música dominicana.
En una Semana Santa que tradicionalmente invita al descanso y la alegría, el reconocido merenguero ha decidido no salir de Santo Domingo. Su permanencia en la ciudad es un acto de respeto, una forma silenciosa de rendir tributo al legado de su colega y al dolor de una nación conmocionada.

Para él, no hay espacio para celebraciones cuando el escenario musical llora la partida de uno de sus grandes pilares.
El Jet Set, más que un centro de entretenimiento, era un símbolo del merengue y la vida nocturna capitalina. Su trágico colapso ha dejado cicatrices visibles e invisibles en la cultura nacional, marcando una Semana Santa atípica para muchos artistas que solían aprovechar estos días para descansar o presentarse fuera de la ciudad.
El Jeffrey, como otros exponentes del merengue, eligió el recogimiento y el silencio. No hubo fiesta, ni viaje, ni escenario.

Solo el peso de la ausencia y la necesidad de honrar con respeto a quienes perdieron la vida en una de las noches más oscuras del entretenimiento dominicano.
Desde su cuenta personal, compartió ese sentir que tantos dominicanos comparten hoy: un dolor que no se puede disimular y un vacío que se hace presente en cada rincón del país.
Rubby Pérez no fue solo una voz del merengue, fue un emblema de la alegría caribeña que hoy se silencia por respeto, por duelo y por amor.

Mientras tanto, la ciudad capital se mantiene en pausa, y con ella el ánimo festivo de muchos. La decisión de El Jeffrey se suma a las de otros artistas que han preferido no participar en actividades públicas, marcando así una Semana Santa sobria, distinta, cargada de emociones, memorias y respeto profundo por lo ocurrido.