Yosper, Santo Domingo.- Un presentimiento, una discusión y una salida inesperada cambiaron el rumbo de la historia para el mánager de Rubby Pérez.
La noche del trágico suceso en la discoteca Jet Set, donde colapsó el techo del emblemático local, este miembro del equipo artístico del merenguero vivió lo que él describe como una “vibra rara” desde el primer momento.
Su labor habitual consistía en supervisar que todo estuviera bajo control, atender solicitudes técnicas y registrar en video momentos destacados del show. Pero esa noche, algo se sintió distinto. “
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“A los 25 minutos del espectáculo fui a grabar a Rubby como siempre, y cuando intenté subir a la tarima, el seguridad me lo prohibió. Le expliqué que era el mánager, que solo haría un video y me bajaba, pero no hubo forma”, relató.
La insistencia no sirvió de nada. Aquel obstáculo, lejos de ser un simple contratiempo, terminó empujándolo a tomar una decisión impulsiva. Molesto, salió del lugar sin saber que esa acción lo alejaría del colapso inminente.

Pocos minutos después, el techo se desplomó, dejando más de doscientas víctimas en una escena de caos y dolor.
El destino jugó su carta. Una negativa a tiempo, una discusión trivial, una salida motivada por la rabia, se transformaron en el motivo de su supervivencia. Mientras tanto, Rubby Pérez seguía en escena, ajeno al desenlace fatal que se aproximaba.
Desde entonces, el relato del mánager se suma a las múltiples voces que narran cómo se vivieron los últimos minutos dentro del Jet Set.

Historias de segundos decisivos, donde una intuición o una reacción emocional definieron la vida o el desenlace. La investigación sigue abierta, pero los testimonios de los sobrevivientes son cada vez más reveladores y estremecedores.