Yosper, Santo Domingo, República Dominicana.- “Hoy se cumple un mes… y aún parece mentira que no regresaste a casa”, escribió Zulinka Pérez, hija de una de las víctimas del derrumbe del Jet Set, al compartir un emotivo mensaje que estremece por su honestidad y ternura.
La madrugada del 8 de abril transformó para siempre la vida de cientos de familias. Una de ellas fue la de Zulinka, quien con palabras cargadas de amor y resignación recordó a su padre, un hombre que, como cada día, salió a trabajar sin imaginar que no volvería. “Esta vez no hicimos algo de comer al llegar, ni pude decirte: ción pa’ que duermas con Dios, te amo”, escribió.
Su relato no solo retrata la tragedia en cifras, sino que la humaniza. Pone rostro y sentimiento a una ausencia que duele en lo más profundo.
Noticias que debes leer ahora

“Te fuiste al cielo y subiste de las manos con las notas que dabas”, expresó, aludiendo a la pasión musical de su padre, un rasgo que lo definía y que ahora vive en sus recuerdos.
A pesar del dolor, Zulinka encontró consuelo en el vínculo sincero que compartían. “Sé que te fuiste bien convencido de lo mucho que te amaba… eso me da paz”, escribió, con la certeza de que su amor fue expresado en vida, sin reservas. “Puedo dormir tranquila, y aunque tu ausencia me duele, no me atormenta”, añadió.
El mensaje, compartido este 8 de mayo, se suma a las múltiples voces que, desde el silencio del duelo, construyen la memoria colectiva de lo ocurrido en el icónico centro de entretenimiento.
La tragedia del Jet Set dejó 233 fallecidos confirmados y decenas de heridos, marcando un antes y un después para la seguridad en locales públicos del país.
“Vuela alto, ahora brillas de una manera diferente. Ya duermes al lado de tu vieja. Los veré al otro lado de la luna”, concluye la publicación, un tributo de hija a padre, tejido con palabras simples pero cargadas de significado.
Mientras avanza la investigación oficial sobre las causas del colapso estructural, familiares como Zulinka siguen abrazando la memoria, a falta de respuestas inmediatas. El eco de su dolor sigue resonando, un mes después, en una sociedad que no olvida.