Noticias País | Santo Domingo, República Dominicana-Mientras las redes sociales aplauden cada baile de TikTok y las polémicas digitales ocupan la atención de millones, en las sombras del protagonismo mediático opera un grupo selecto que no necesita pantallas para mover el país.
Ni El Alfa ni Alofoke, ni ningún influencer urbano, figuran entre los verdaderos millonarios dominicanos, según una exposición realizada por el veterano comunicador Julio Hazim, quien en su más reciente entrega televisiva reveló los nombres y apellidos que realmente controlan los pilares de la economía nacional.

Con voz serena pero cargada de certeza, Hazim subrayó que estos magnates no se exponen en cámaras, ni necesitan viralizarse.
Manejan bancos, zonas francas, universidades, puertos, combustibles y cadenas de supermercados. “El que tiene un millón ya es rico; pero aquí hay quienes tienen cien veces más y no los conocen ni en su barrio,” expresó con precisión quirúrgica.

Entre los grupos y familias mencionados figuran los Bichini, Corripio, Grullón, Bonetti, Rainieri, Brugal, Barceló, Marranzini, Brache, Lama, Capellán, Sued, Barletta y los Fanjul.
A ellos se suman otros nombres como Carlos Gómez, Limber Cruz, Félix García, José Miguel González Cuadra y Manuel Castillo, quienes han forjado imperios en sectores claves como importaciones, cemento, turismo, banca, educación y energía.

Hazim dejó claro que estas fortunas han sido construidas de forma legal, con estructuras empresariales sólidas y el cumplimiento de sus obligaciones fiscales.
“No son ‘ricos’ porque andan con efectivo, sino porque son dueños de lo que tú consumes y necesitas todos los días,” agregó, mientras analizaba la influencia silenciosa de estos actores.

Incluso instituciones como la Iglesia Católica forman parte de este inventario patrimonial, al poseer activos millonarios en terrenos, centros educativos y universidades, lo que les otorga peso en sectores estratégicos sin aparecer en ningún ranking de Forbes.
La reflexión de Hazim, lejos de ser una crítica, funcionó como advertencia: “Los ricos no quieren ser presidentes, ellos prefieren recomendar ministros, patrocinar campañas y negociar leyes desde sus oficinas con aire central.” Una descripción directa del poder fáctico que rara vez pisa una urna, pero determina el curso de la política y la economía.
Desde hoy, esta revelación redefine el concepto de riqueza en República Dominicana. Los verdaderos millonarios no compiten por “likes”, no se suben a trends ni exhiben relojes en entrevistas. Ellos compran medios, financian campañas, diseñan reformas fiscales y controlan las importaciones.