Yosper, Rumanía.- En una estación de distribución de gas en Rumanía, al menos dos personas han fallecido y otras 56 han resultado heridas, de las cuales 43 son efectivos policiales y bomberos. Estas explosiones, que tuvieron lugar el sábado por la noche en la ciudad de Crevedia, aproximadamente a 30 kilómetros al norte de Bucarest, acontecieron en un sitio que carecía de licencia para operar, según informaron medios locales este domingo.

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Dentro de los heridos, varios se encuentran en una situación grave y ya han comenzado a ser trasladados a naciones pertenecientes a la Unión Europea a través del mecanismo de protección civil comunitario. Esto se debe a que Rumanía no dispone de centros especializados para el tratamiento de quemaduras severas. Hasta el momento, seis individuos, incluyendo a cuatro bomberos, han sido evacuados por este servicio hacia Italia y Bélgica. Además, cinco pacientes más, con quemaduras de gravedad, tienen programado ser trasladados hoy a Austria y Alemania.

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La mayoría de los heridos resultaron ser policías y bomberos que trabajaban en la extinción de un incendio originado por una primera explosión. Estos profesionales se vieron afectados por la deflagración de un camión cisterna que estaba estacionado en la misma estación de distribución de GLP (gas licuado del petróleo).

Cabe destacar que la estación involucrada pertenece al hijo del alcalde de Caracal, un municipio cercano al área donde ocurrieron las explosiones. Sin embargo, la estación no contaba con el permiso necesario para vender combustible, hecho que fue confirmado por el jefe del Departamento para Situaciones de Emergencia, Raed Arafat. Según indicó, “Claramente, desde nuestro punto de vista, la empresa no tenía documentos ni autorización para operar”, afirmó.

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Informes adicionales sugieren que la estación había notificado en el año 2020 que dejaba de funcionar y que previamente había sido multada en varias ocasiones por no cumplir con las medidas de seguridad contra incendios.

La investigación inicial de la Fiscalía sugiere que la deflagración pudo haber sido provocada por un cigarrillo mientras se llevaba a cabo la transferencia de combustible entre dos depósitos.

El primer ministro rumano, Marcel Ciolacu, quien pertenece al partido socialdemócrata, confirmó que el dueño de la estación afectada es el hijo de un alcalde de la misma agrupación política.

Es importante destacar que Rumanía carece de centros especializados para el tratamiento de quemaduras graves, y en todo el país solo existen 24 camas destinadas para pacientes con heridas de grado medio.

Un evento similar ocurrió en octubre de 2015, cuando 65 personas perdieron la vida en un incendio en una discoteca en Bucarest, la cual no cumplía con las normas de seguridad. Esta tragedia puso de manifiesto serias deficiencias en el sistema de salud pública de Rumanía, lo que resultó en la muerte de algunos de los heridos y culminó en una serie de protestas masivas que derrocaron al entonces Gobierno socialdemócrata.

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