Familiares de desaparecidos durante explosión en San Cristóbal siguen con incertidumbre

Familiares de desaparecidos durante explosión en San Cristóbal lloran todavia

Yosper, San Cristóbal.- En la provincia de San Cristóbal, la tragedia que costó la vida de al menos 38 personas hace casi dos meses sigue dejando un profundo impacto en la comunidad. Entre los afectados, unas 12 familias comparten una inmensa tristeza al no tener certeza sobre el paradero de sus seres queridos ni pruebas de que hayan fallecido en la tragedia.

A pesar de los esfuerzos realizados en el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) para identificar a las víctimas a través de pruebas de ADN, ninguno de los restos encontrados coincidió con las personas desaparecidas, lo que ha aumentado la incertidumbre y ha dejado un ciclo de dolor que no encuentra cierre.

Diario Libre conversó con dos de las familias afectadas, una de ellas compuesta por tres miembros. Ángel Luis Uribe, Luz Esther Mateo y la niña Paulette Brea, de siete años, salieron la tarde del trágico día en busca de unas zapatillas para la niña y herramientas para armar una cuna para la primera nieta de la pareja. El vehículo en el que viajaban fue consumido por las llamas en la entrada de la tienda textil Toledo, una de las más afectadas por la explosión. A pesar de encontrar los restos del vehículo, los cuerpos de las víctimas nunca fueron hallados.

Familiares de Juan Mateo

José Mateo, el padre de Luz Esther, expresó su profundo dolor y la sensación de estar "muerto en vida" debido a la pérdida de su hija, a quien describió como una mujer llena de vida y dedicada a servir a Dios.

La hermana de Luz Esther también compartió su angustia, lamentando la falta de un lugar donde poder llorarla y honrar su memoria. Dijo que se realizaron rituales en su nombre para intentar mitigar el dolor de la pérdida.

La señora Andrea, otra hermana de Luz Esther, expresó su impotencia por no tener un lugar donde llevar flores a su hermana y a su esposo, sintiéndose devastada por la tragedia y afirmando que nunca podrá superarla.

Padre de Luz Esther

Otra familia afectada es la de Juan Mateo Casilla, conocido cariñosamente como Bolívar, de 56 años, cuyo cuerpo también sigue sin aparecer. Juan había regresado recientemente de almorzar y estaba trabajando en la tienda textil Toledo cuando ocurrió el desastre.

Hermana de Luz Esther

Rudelania Araujo, la esposa de Juan, criticó la presunta negligencia de las autoridades en el manejo del incendio, sosteniendo que tuvieron tiempo suficiente para contener las llamas antes de que se propagaran por el área.

La madre de Juan, Patricia Casilla, expresó su inmenso dolor por la pérdida de su hijo y demandó respuestas de las autoridades, enfatizando que las víctimas no eran animales y merecen ser reconocidas y honradas adecuadamente.

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